Cuando entramos al campo Teológico, entramos a un laberinto que no se puede salir, ni nunca se ha salido, por eso tenemos que entrar a la mentalidad mesiánica y la mentalidad mesiánica es despojarse como dice Filipenses 3: 5-8.

Aunque este pasaje está muy mal traducido, nos da una idea que la vida Mesiánica es totalmente despojada de la mentalidad religiosa y política, social cultural y aún más económica.

La vida y expresión Mesiánica es muy diferente a los seres que hemos llamado, Transgénicos, Genéricos, Trashúmanos, Singulares, Ciber humanos, Géneros ideológicos, Neo humanos, Razas superiores y demás.

Por eso en las capsulas del saber los he determinado en tres partes.

Primero Los Nefelim que les podríamos llamar una hibridación genética.

Neo humanos, estos son los que el sistema ha creado a través de su Ego.

Blandengues, que son los esclavos mentales que no pueden pensar por sí mismos pues han sido esclavizados y se han adaptado y resignado al sistema.

Y están Los mesiánicos hijos de Luz los cuales desarrollaron su propia genética, combinándola con Luz, Oro y Zafiro, la cual esta escondida en unas intrincadas cadenas genéticas llamadas Sulma o escalera que no viajan en círculo, sino de arriba hacia abajo como el Árbol de la vida.

Además, sus padres, su lugar de nacimiento, fecha y hora, fueron escogido en su Carta Natal, para ser únicos, de acuerdo con los movimientos del Mazarot.

De tal manera que estamos capacitados para pasar por todas las circunstancias por difíciles que sean, y aun la muerte nos teme.

La tierra le brinda la energía y belleza a su alma con sus olores, colores y belleza por eso su alma es dulce y tierna, el calor del fuego es abrigadito y confortable, el aire es como el silbido apacible, el agua calma toda sed y refrescante de tal manera que tiene mucha atracción y magnetismo en su ser.

La energía vibración y frecuencia le traen una frescura y despertar y claridad de mente, para no ser engañado, porque la información esta interna y solo El, la puede descifrar.

Por eso el cuerpo de los Mesías es especial, como dice el Salmo – (Tehilim) 139:15.

Entretejido en lo más profundo de la tierra (Aretz).

No hay otro cuerpo como este, por eso los reptilianos van tras los cuerpos de tecnología que según uno de los salmos dicen que los que andan en las Naves y hacen negocios en las profundidades suben a Rakía (traducido como firmamento) y bajan al Absu y sus almas se derriten con el mal.

Cuando miramos al Mesías, fue algo muy diferente, pues Herodes mato a muchos niños y no lo pudo matar, pues la política y la religión no lo pueden encontrar, pues la religión lo busca en los templos, y Él no está ahí, él nació lejos de los templos.

Nacio en una ciudad pequeña llamada Belén (Beit-Lejem), pero, pero su luz trascendió hasta el Oriente o el Kadam, pues los entendidos entenderán es la aseveración del universo.

Entendidos son aquellos que reinan fuera de la política y miran más allá de los templos, son los Ivrá los de arriba.

Los políticos buscan en los palacios la fama y el dinero, así como los religiosos en los templos, pero Él no está allí.

Él está fuera de todo pensar del sistema corrupto, tacaño y desmedido, Él está dentro de aquellos corazones humildes que la fama y el dinero no han podido corromper.

Él está afuera de los números, pues los Reyes empadronan y cuentan, pues dependen de los números ya que en el por mayor es donde se hace el dinero.

Los Mesías, se han despojado de los sistemas para no pedir, más bien dar, pues hemos venido a dar pues tenemos mucho que dar y nada que perder, porque lo de acá lo hemos dejado. Por eso tenemos nada que perder, y mucho que dar.

Nuestras riquezas son eterna inagotables, sin ellas el mundo no funcionaria, pues el mundo no puede funcionar sin Amor, sin Vida, sin Luz y sin Paz.

Traemos salvación en nuestras alas y Él sol en nuestro interior y justicia en nuestro vivir.

Somos Mesías, hemos venido a sanar, restaurar, a unir, y sobre todo a despertar a muchos que duermen.

El Dios caído a través del sistema, juzga, condena, nunca perdona, pero esta vida dice: “Ni yo tampoco te condeno ve en paz.” Entonces es salvación y paz lo que resume el juicio nuestro.

Para llegar acá los Mesías, millones mueren, para vivir acá miles mueren y muchos sufren, muchos pasan hambre pues no saben quiénes somos y aparentemente somos insignificante.

Pues les parecemos atrasados, ridículos, anticuados, tontos, pues no somos interesados ni tomamos ventajas de los demás.

Somos responsables honestos, sacrificados, tenemos palabra de honor y somos cumplidos.

Nuestra vida es un ejemplo en este mundo, y no un desastre como lo vemos en los demás.

Y por último, nuestras intenciones son honestas y no andamos con hipocresía o doble cara, y todo lo que hacemos lo hacemos por amor y no por interés.

Este mundo lo mueve La dualidad, bueno y malo. Condiciones, y consecuencias, En el albedrio.

Por eso no encaja en nada, ni en nada se compara pues es un mundo desconectado sin Vida, sin Luz, sin Paz y donde reina el deterioro, la enfermedad, la vejez y la muerte.

El mundo Ivrá por lo contrario es el Mundo ideal, conectado a la fuente que lo tiene todo y nunca se seca, ni se acaba, ni envejece y eso muere jamás, pues es la fuente de vida.

En el libro de Daniel, sea verdad o sea mentira el relato sobre la imagen (Tzalmaná) vamos a ver que hay una realidad de lo que está sucediendo y nos vamos a dar cuenta como esta mezcladas las especies y las cosas.

La cabeza de esta imagen (Tzalmaná – צַלְמָא) era de oro (Dehav – דְהַב)

Su pecho y sus brazos de plata (Kesaf – כְסַף)

Su vientre y sus muslos de bronce (Nejash – נְחָשׁ)

Sus piernas de hierro (Parzél – פַרְזֶל)

Sus pies en parte de hierro (Parzél – פַרְזֶל) y en parte de barro (Jasaf – חֲסַף)

Se muestra la estructura de los controladores de los planetas, aquí el oro (Dehav – דְהַב) tiene la equivalencia de Tet (ט) que es el nacimiento nuevo y en este caso el nacimiento por reencarnación de reciclaje.

En este caso la cabeza es el dominio del universo bajo la ley de la causa y el efecto, y vemos que es un Ser armado de varias estructuras, en donde una es superior a la otra, y todos estos elementos, oro, plata, barro, pelean por ser (Dehav – דְהַב) la cabeza de oro.

La plata (Kesaf – כְסַף) hay seres con este material y esta esencia, pero al mismo tiempo, son envases hecho para ser llenado, si hablamos de los gobernantes del caos, estos envases en la imagen que vio Daniel era para producir más desorden aún.

El bronce (Nejash – נְחָשׁ) es un material que puede simular al color del oro, e inclusive hacerse pasar por oro mismo, esta estructura son seres híbridos, una mezcla de distintas sustancias para dar forma a algo que sea similar al original, ellos se hacen pasar por seres de Luz y no son Luz.

El hierro (Parzél – פַרְזֶל) es de color plateado, moldeable, blando, manipulable, magnético y oxidable, este es el ejemplo de los seres que empiezan con fuerza y luego se debilitan, se oxidan y se convierten en seres manipulables.

Y el barro (Jasaf – חֲסַף) es el nivel más bajo de la especie en lo Seres, pueden ser destruidos con facilidad, y por eso vemos que eso ha sucedido en el transcurso de la historia planetaria, fueron exterminados fácilmente.

Esta imagen (Tzalmaná – צַלְמָא) es un controlador del mundo material, que tiene el control de las especies de estas distintas esencias, no solamente son de este mundo, son a niveles cósmicos, es un dominio masivo por transformar a los seres en este tipo de materiales, para que vengan a ser parte de este Zoten HaMashiaj (זוטן המשיח)

El Mesías (Mashíaj -משיח) es la Luz, y no tiene estructuras distintas, todo es una misma esencia, por eso el Mashíaj es el que transforma y regenera de parte de hierro (Parzél – פַרְזֶל) y en parte de barro (Jasaf – חֲסַף) esta mezcla la hace como él es Luz.

Pero el Mashiaj no es un hombre, solamente, es una esencia de la fuente original, es nuestra existencia y procedencia, con la capacidad de hacer cosas mayores de las que existen acá.

Shalom, Shalom.