LA MISERICORDIA – RAJAMIM רחמים

La palabra misericordia en su etimología, proviene el latín misere
(miseria, necesidad), cor, cordis (corazón) e ia (hacia los demás);
significa tener un corazón solidario con aquellos que tienen necesidad.
La misericordia puede entenderse como la capacidad que desarrolla
nuestro ser para percibir desde lo más profundo de nuestro corazón la
necesidad del otro. Sea en el entorno familiar, en el compañerismo
conocido, ajeno e incluso de uno mismo.
La capacidad de percibir la miseria (necesidad) es esa experiencia a
través de nuestros sentidos, una mirada, una voz, un gesto, incluso a
través de la intuición logramos esa conexión con el más profundo
sentir de quienes se nos acercan o de quienes la vida nos permite
encontrarnos en el camino.
Cada uno de nosotros ha experimentado alguna vez estar en miseria,
tener una necesidad. Y debido a que muchas veces en nuestro afán
diario estamos tan ocupados, desesperados por cumplir las metas, los
compromisos, nos vemos envueltos, rompiendo esta conexión que nos hace
indiferentes, faltos de misericordia.
Asimismo, queda en lindas frases, reflexiones y grandes enseñanzas la
práctica de la misericordia. Olvidamos nuestra verdadera esencia por
causa de las exigencias de este mundo, el trabajo, el estudio, etc.
Entonces nuestras vidas se vuelven miserables pues caemos en rutina,
individualismo, egoísmo cayendo a un abismo que nos separa de esa
capacidad para percibir la necesidad de los demás, incluso la nuestra.
Caemos en la obscuridad.
Lo que conlleva a sentirnos perdidos, solos, fracasados, vacíos,
desorientados, carentes, es decir miserables. Y buscamos al Bendito
para pedir que en su misericordia nos perdone, nos de la Luz para
reconocer mirar nuestros errores y corregirlos desde la Luz interior
que esta en nosotros, y así también el Bendito Sea (Kudsho Berij Hu)
nos ayude porque nuestras necesidades son muy grandes, cuando estamos
caminando en las esferas físicas, pedimos misericordia y lo que nos
llega es la miseria, porque no sabemos pedir como conviene.
Hacemos ayuno, oramos por prolongado tiempo y culpamos al mal porque
hemos caído en miseria. Además, los líderes religiosos refuerzan este
sentir, pues nos enseñan que somos miserables por nuestra condición,
somos pecadores por nuestro pasado, generaciones que se olvidaron de
Dios y condenados a repetir sus trasgresiones por no obedecer sus
mandamientos, pero que tenemos esperanza de Teshuvá (Retorno a la Or),
es el clamor y nuestro constante ruego interno para que Rajamim del
Padre, ayude a que los Seres de Luz despierten y resplandezcan en este
mundo.
Rajamim no es misericordia, porque misericordia Vienne de “la miseria”
Rajamim es la conexión que tenemos con los mundos superiores, con los
Olamot, con el Bendito Es por eso cuando acá en este mundo pedimos
Rajamim por los demás, estamos ayudando a que las personas puedan
despertar la Toráh de Luz Orita en su interior.
No obstante, la biblia data muchos acontecimientos donde podemos ver
que la miseria del hombre es causa de su pecado, motivo por el cual
debe clamar misericordia a Dios para cambiar su condición.
Un primer ejemplo donde podemos ver la misericordia, es que después de
haber comido del fruto prohibido, el árbol del conocimiento del bien y
del mal (Etz HaDaat Tov Vará) y verse desnudos (Arumim), es decir,
carentes de Luz, y se son cubiertos con piel animal.
Or (עור) con la letra Ayín al inicio, significa piel, cascara, faltos
de Luz, y el engaño.
Arum quiere decir desnudo, y también significa engañoso, por lo que al
estar Adam y Eva (Java) desnudos, faltos de Luz, tenían un cuerpo y
una piel engañosa.
También vemos el caso de Adám que perdió a su hijo, porque su hermano
Caín (Kaín) lo mato. Se hace misericordia y le concede otro hijo Shet,
la unión de las letras Shin y Tav, que representa la unificación de lo
que fue dividido y se empezó a restaurar nuevamente el Ser que fue
envuelto en la Or (עור) con la letra Ayín, en las Klipot y el engaño.
Tenemos que saber que los Shamaim y Majut fueron divididos, y Shet
(שֵׁת) la Shin y Tav es la unión y el Ejad nuevamente de los Shamaim y
Maljut, Shet es la representación de la restauración de lo que fue
dividido.
“Adam conoció a Eva, se entiende conoció como que tuvo relaciones
sexuales, pero ahí utiliza la palabra Yadá (יָדַע) que es una
elevación o el despertar de un mundo físico hacia la Luz (Or) y esa es
la unión de los Shamaim y Maljut, la unión de Zahar y Nekevá (hombre y
mujer, macho y hembra) para ser uno solo.
Y ella dio a luz a un hijo a quien llamó Shet [otorgado], y dijo:
“Porque YAHWEH me ha otorgado otra semilla en lugar de Abel (Hevel),
puesto que Caín lo mató.” 26 A Shet también le nació un hijo, a quien
llamó Enosh. En este momento la gente comenzó a invocar el Nombre de
YAHWEH.
La misericordia una experiencia personal
Hace muchos años en mi afán por buscar llenar ese vacío, cuando ni
sabes que realmente lo llenará, si la familia, los amigos, la
naturaleza, las cosas, el Bendito, observaba a mi alrededor todo lo
que sucedía; los padres y sus discusiones, los hermanos y sus
diferencias, los amigos y sus competencias, la naturaleza y su
resistencia a tanta destrucción, y a un Dios inalcanzable a una gran
distancia, clamaba a Dios por misericordia.
Sin embargo, había una fuerza que impulsa a seguir adelante, viendo
jardines en medio de tanto desierto, escuchando cantos en el silencio,
sintiendo el abrazo en la soledad de las sombras. El corazón y la
mente luchaban ante tanta confusión, pues la vida aquí en este mundo
sin la misericordia de Dios es muy difícil.
Y más aun sabiendo que cuando se pide misericordia, se esta pidiendo
miseria y por eso las personas se piensan y se miran como trapos de
inmundicia, porque eso hizo el sistema caído, hacernos creer que somos
así y que tenemos que vivir mendigando el amor y el cariño de las
personas y del Bendito Sea.
A través del tiempo hay tropiezos, que nos hacen sentir culpables de
tantos errores y la miseria se mudó a la mente ocupando un gran lugar.
En muchas ocasiones la lucha interior se tornaba compleja y el miedo a
cuestionar tantos dogmas era un impedimento en la búsqueda de la
verdad. ¡Crecía la necesidad resolver las dudas, porque asechaban la
muerte, la soledad, la falta de amor, el hambre, el fracaso, el miedo,
la incomprensión, la pobreza… mi alma clamaba a Dios misericordia!
La idea de un Dios que nos abandonó por causa del pecado y más aún en
la condición de mujer, robaba el aliento en muchas ocasiones. La
religión implanto en nuestras mentes que era parte del castigo
nuestras miserias.
Tratando de buscar respuestas a lo que en realidad significa la
misericordia, tomando como referencia la Palabra (Davar) ……. y su
origen en hebreo de las letras, las Otiot de Luz.……
Ahora ya se puede mirar más claramente y vemos que no somos personas
condenadas a vivir arrastrándose y clamando un poco de cariño, vemos
ahora que la Luz interior ha despertado en nuestro Ser y es en donde
esta el verdadero Ahaváh que siempre ha estado en nosotros, y ya no
nos miramos como personas que viven en miseria, mendigando el perdón y
el cariño de alguien.
Ahora miramos que somos Seres de Luz (Jaí) y nuestro propósito es
estar en todas las moradas y dimensiones, porque el Bendito Es
(Kudsho) esta en nosotros y sentimos plenamente su Zera la semilla de
Luz que ha empezado a brotar en nosotros.
Rajamim es el amor, el Ahaváh que nos impulsa a despertar a nuestra
verdadera esencia, Oraita.
Shalom, Shalom.
DR. PEDRO R. ORTIZ EL MAESTRO